miércoles, 30 de septiembre de 2009

El taller de la página

Cuando decidí tomar el taller de la página web allá por 2007 lo tomé con la idea de explorar un campo poco conocido por mí, los sitios "web". Como para ser coordinador de un taller no es requisito "saber" de la temática decidí tomarlo y revisar las "páginas" de mi vida: las que conozco, las que están en blanco y también, ¿porqué no? dar vuelta alguna página..... Así comencé, en el desierto, pero muy acompañada y estimulada por la confianza recibida de mis compañeros y compañeras.

En el camino fui encontrando vecinos generosos con los que aprendí a manejar la "tecnología" y así mantener actualizado el listado de los talleres en nuestra página institucional www.talleresdelpirovano.com.ar integrándola, junto a otros animadores, como "taller" del Programa.

Lo grandioso del "Piro" es que dentro de la red de ayuda mutua uno se anima a muchas cosas. Y me animé. El año pasado, luego de compartir ideas e investigar el universo virtual surgió el deseo de comunicar y mostrar al mundo (virtual) el entusiasmo de animadores y talleristas. Así nació el "blog" www.talleresdelpirovano.blogspot.com al que estamos alimentando con contenidos desde el mes de octubre 2008.

Mi deseo es invitar a los animadores que tengan ideas, textos, relatos, fotos, vivencias y emociones que contagien a otros vecinos. Invito a quienes tengan ganas de aprovechar un medio más que nos permite mostrar el corazón del programa.

Con lo que fueron aportando los participantes del taller se abrieron (hasta ahora) las siguientes líneas temáticas:

"Los talleres en palabras de sus animadores"

"Los talleres en palabras de sus talleristas"

"¿Porqué abro este taller?"

"Recordando a entrañables compañeros" y,

"Editoriales del Coordinador General del PSMB"


Dentro de cada una de estas etiquetas pueden leerse textos y verse fotos que decidimos compartir con el barrio y los visitantes. Es simple, con sólo un click en www.talleresdelpirovano.blogspot.com

Por ser un Taller-Comisión está abierto a coordinadores/animadores del PSMB y, por si aún no quedó claro, NO es necesario ningún conocimiento informático.

Me afirmo en que me animo a más y quiero que me acompañen.

Los espero jueves 19hs en el Bar Galeno.

Graciela Contreras
Animadora del Web-taller "Mi página, Tu página, Nuestra página"

viernes, 4 de septiembre de 2009

EL CLUB DE LOS QUEJOSOS

Haciendo un poco de memoria y recordando que mi infancia fue bastante complicada porque tuve que enfermarme de asma para recibir un poco de atenciòn de mis padres adoptivos....todo enfermo se convierte en el centro de atención de la familia y a la vez en un tirano. Cada ataque de asma traia aparejado un juguete u otro regalo. Hoy me doy cuenta que pagaba un alto precio por ello. Pero bueno, esas fueron las circunstancias de mi vida en ese momento y crecí con muy poca tolerancia a la frustración, con una mamá muy sobreprotectora y muy disconforme con su vida.

El tiempo fue pasando y cuando llegué a la adolescencia me fui de mi casa rompiendo la cajita de cristal en que me habían puesto mis padres, por miedo. Fue muy difícil cuando te dicen que no podés todo el tiempo tratar de poder. Me esforcé tanto por conseguirlo que me fui al otro extremo y me convertí en esa persona que todo lo puede, que en realidad es lo mismo, porque no hubo una elección.

Algunos años después me casé, enviudé y con la responsabilidad de 3 hijas no me permití parar para revisar qué estaba pasando en mi vida que yo seguía siendo asmática y además de víctima, disconforme con todo, eso sí muy exitosa en cuanto a la capacidad de conseguir dinero, pero en las relaciones afectivas un desastre.

Un dia un amigo muy querido me recomendó el programa y decidi ir al taller de la víctima. Compartiendo las vivencias de cada vecino pude con el tiempo solucionar el tema del asma y me curé. Pero seguía con problemas en mis vínculos y me di cuenta que los hijos habían crecido, estaban haciendo su propia vida y yo me estaba quedando sola.

Hacia un tiempo que habìa dejado el programa y decidí volver. Esta vez recorrí varios talleres y fui descubriendo en mi que el denominador común de todo lo que no me hacia feliz era el lugar en donde yo estaba instalada: el lugar de la queja. Me di cuenta que en realidad la queja me servía para no hacerme cargo de nada de lo que sucedía y culpar siempre a los demas.

Un dia resolví hacer el curso de coordinadores y después de un tiempo apareció mi deseo de abordar este tema seriamente poniendo un taller para quejosos porque seguramente a más de un vecino le deben pasar cosas parecidas a las mías y me parece bueno que compartamos nuestras vivencias.

Y el deseo se hace realidad el próximo lunes 7 de setimbre, a las 19,15 hs espero vengan todos los vecinos que sientan que este tema los atraviesa para enriquecernos juntos.


Gracias.
Iris Pérez
Coordinadora de "El Club de los quejosos"
Lunes 19:15hs Hall Pretección de Salud Sector "C" (PB)

LA PRIMERA VEZ

Desde la década del 80, cuando Carlos Campelo empezó esta “movida” de los talleres, la llegada de los vecinos que venían por primera vez al programa (bueno, en realidad entonces no era aún un “programa”) fue muy importante y marcaba un estilo de recepción muy particular.
No voy a historiar demasiado acerca de cómo se recibía a los “nuevos”, pero diré que siempre se trató a quienes se arrimaban al hospital y a los grupos de manera respetuosa aunque, convengamos, no muy tradicional. Esto significa que siempre se vio a los “llegantes” como potentes y respetables y no como pobres quejosos, impotentes ante sus circunstancias.
Generalmente desde siempre se convocó a los recién llegados a grupos de orientación, en los que se transparenta lo que “sintonizan” (o no) el programa con las expectativas que ellos traigan.
Cuando esas expectativas no se cumplen, es decir: cuando lo que los aspiran encontrar no coincide con lo que el programa propone, ocurren dos tipos de fenómenos:
1- Con desilusión y a veces bronca, el vecino se retira del grupo con la idea de que se equivocó o, inclusive, que el programa está equivocado por ser como es y no cumplir con su idea de lo que es un Programa de Salud Mental Barrial.
2- La persona deja caer sus expectativas y siente algo fundamental: curiosidad por saber de qué se trata la cosa. En esos casos, muchas veces los vecinos que sienten ganas de conocer más del programa encuentran (así lo dicen muchas veces) alternativas que ni se les había ocurrido y que los benefician inclusive más de lo que hubieran pensado en un principio.

No hay un modelo de “primera vez”, sino que cada uno diseña esa instancia, sin darse casi cuenta, a partir del cómo ha vivido antes y qué actitudes adopta frente a las cosas.
Aquel que desea que el mundo gire en su derredor pretenderá que el programa actúe según su criterio y a veces hasta sentirá como una ofensa el hecho de que no se le de tanta bolilla a sus ideas de cómo son las cosas. Aquel que ha tenido una actitud receptiva y curiosa en su vida seguramente encontrará más facilidad para escuchar lo que se le dice, sin considerar que eso es una ofensa por no dar con el perfil de lo que pensaba que la cosa debía ser.

A la vez, como programa de vecinos reunidos en derredor de una idea solidaria de la Salud Mental, aprendemos con aquellos que, viniendo por primera vez, a veces con sus dolores a cuestas e inclusive aturdidos por algunas cosas que les pudiera haber pasado, aún así, digo, sacan fuerza de flaquezas y se la juegan para traerse con autenticidad.
Ellos, los nuevos, nos despiertan del letargo de escucharnos siempre a nosotros mismos diciendo las mismas cosas, generando códigos de palabras que, por el hecho de ser repetidas como letanía, corren el riesgo de perder su savia.
Los valores del programa habitan a veces en formas del decir que sólo en apariencia no coinciden con lo que solemos enunciar que las cosas son. Poder recibir a los nuevos, con esa mirada fresca y a veces dura sobre el programa es algo que vitaliza, despierta, rejuvenece, sea o no justo lo que se diga, sea o no sabio y, también, sea o no dicho con “buena leche”.
Antes venían más nuevos que ahora. Desconocemos las razones. En épocas pasadas, sea por las crisis económicas, por ciertas condiciones sociales de aquellas épocas, porque éramos más “locos” o porque éramos novedad para los medios y éstos nos ubicaban siempre en lugares mediáticos de privilegio, los grupos de orientación estaban más “llenos”. Hoy en día, más gente viene directo a los grupos de base, quizás ayudado ésto por la existencia de nuestra página web, que está funcionando, junto al lindo Blog que armó Graciela Contreras, muy pero muy bien.
En estas circunstancias, en el Comité de conducción sentimos muchas ganas de agrandar la familia con más vecinos que vengan a participar de lo que tanto disfrutamos y que disfrutaremos más aún con lo que, quienes vengan por vez primera, traigan como novedad.
Estamos con ganas de seguir revisando si tenemos puertas cerradas, si está en nuestra órbita generar una fiesta de la salud comunitaria de tal luminosidad que le de ganas a más vecinos de venir a sumarse a ella. O si es una cuestión de ciclos que van más allá de nosotros. No es que nos falten compañeros de ruta, es que nos sobran ganas de compartir con la gente de Buenos Aires y alrededores lo que día a día tanto bien nos hace.
El Programa honra su propia ética. Es como un gran taller y, como tal, revisa sus maneras y su deseo convocante. Cuando un coordinador abre un taller, generalmente éste se llena con gente, o no, a partir de la índole del deseo que ese coordinador tenga.
En ese sentido, y de igual modo que lo hace un taller que quiere potenciarse con los que vienen por primera vez, estamos con ganas de poner en alto la lámpara para que sea vista por más gente. Y la luz que genere esa lámpara tendrá la intensidad de nuestro propio deseo, de nuestras ganas de compartir y escuchar la palabra fresca del recién llegado para darle la bienvenida.
Al fin y al cabo, cada día es una primera vez para quien sabe darse cuenta. No importa si somos o no “dinosaurios” del programa, la frescura la tendremos, o no, de acuerdo a cómo abramos la puerta a la curiosidad respecto de los otros vecinos nuevos, que se arrimen a nuestro hospital, sepan valorar lo que encuentren y se sientan en casa.


MIGUEL ESPECHE
Coordinador General PSMB