viernes, 27 de noviembre de 2009

Pertenecemos a la tierra y al cielo


Gracias a mis amigos, a los que me alivian el alma, a los que me preguntaban a mí por Jorge y a él por mí.
No hay consuelo cuando un gran amor se va.
Es como la pintura fresca, está todo como recién pintado.
A los que amo y me aman, que afortunados somos de tenernos!
Y sé que sus abrazos traspasan el universo de las emociones.
Pertenecemos a la tierra y al cielo, es lo mismo, porque las risas y las heridas quedan impregnadas en el alma.
Desearía en este momento apretarlos como antaño, que nos fusionemos en una sola persona.
Jorge debe estar ya en medio del festín. Cuánto lo celebro !
Las sensaciones que tengo desde el primer instante que lo conocí van a perdurar por siempre.
El adiós del corazón no existe; sólo siento ese vacío en mis manos, de no poder aliviarlo en el duro camino que transitó.
Soy una sobreviviente más del destino y de la vida. Y una vez más voy a intentar seguir adelante, con la fuerza que me prodigan siempre mis seres queridos.
Con la batalla que no finalizó, y que siempre está latente.
Les dejo como siempre esos miles de corazones que suelo mandarles y les pido como siempre, esas miles de energías que necesito para poder luchar con todas mis fuerzas.

PD: En honor a un habitantes más de la ronda del cielo.

Hasta Siempre
Irene Madeira
"Despabílame Rock !"



No hay comentarios: