lunes, 3 de febrero de 2014

Cambiar la actitud negativa y trabajar las potencialidades

El primer paso: cambiar la actitud negativa y trabajar las potencialidades
Un taller gratuito del Pirovano enseña recursos para aprender a disfrutar la vida.

Sin recetas. Escuchar los problemas del otro pone en perspectiva los propios, afirman los participantes./ L.MONACHESI
12/01/14
Un desayuno en la cama. A Patricia Elcovich, docente, le pidieron que recortara una foto de una revista que representara un deseo. “Es muy simple”, casi que se disculpa en la mesa del Bar TV, frente al Hospital Pirovano. Desde hace un par de meses Patricia va todos los jueves a la noche a “Elijo ser feliz”, uno de los casi 200 talleres gratuitos de Salud Mental Barrial del hospital. Patricia llegó sobrepasada. Se enfermó, se separó, su casa se inundó. Hoy, ya recuperada, se sienta, escucha y cuenta, en un ejercicio semanal que la ayuda definir prioridades. Fernando Alabern, vendedor en una casa de decoración y coordinador del taller, lo define como un “service de felicidad”. “Nadie tiene la receta para ser feliz. Ni tampoco hay una vara para medirla. Acá tratamos de corrernos del lugar de víctimas y ponernos en acción”.

Hace un par de años, a Fernando se le ocurrió “abrir” el taller de la felicidad (ver Los temas...) por una propia búsqueda personal. “Venía angustiado por una seguidilla de separaciones que me hacían sentir desgraciado”, cuenta. Cuando se sentó a escuchar las historias de los que venían, le dio vergüenza la suya. “Eran problemas terribles. En comparación, lo mío era nada”. “Eso es lo bueno de venir acá. Uno siempre piensa que lo de uno es lo peor pero te terminás dando cuenta de que todos sufrimos”, interrumpe María del Carmen Lasdica, asistente de obstetricia. “Hasta los 40 tuve una vida normal. De repente me separé con dos hijas chiquitas, mi mamá se murió, atrás falleció mi papá y mi hermana se enfermó. Tenía dos caminos: o me tiraba en la cama o hacía algo”, explica. Eligió hacer: se sumó a los talleres, se puso a estudiar un posgrado y terminó en pareja con Fernando.

“La idea es trabajar nuestras potencialidades. La realidad es dura y hay cosas que no podemos modificar, lo que podemos cambiar es nuestra actitud”, dice María del Carmen Gallupi, ama de casa. Cuando se sumó al programa, sentía que no podía con sus hijos. “Terminé dándome cuenta de que el límite me lo tenía que poner yo”. “A veces es más fácil decir que sí que no”, asegura Viviana Giménez, una docente que gracias al taller pudo terminar con una relación de pareja que le hacía mal.

Patricia López también cambió de actitud. Llegó al grupo con una gran tristeza. “Me había quedado sin trabajo. Mi mamá se enfermó y la tuvimos que internar. Sentía que no podía con todo”, recuerda. Ir cada jueves al taller fue la primera ocupación que tuvo en meses. “Empecé a pensar en otras cosas. Hoy mi mamá sigue internada, pero puedo tomarlo de otra manera”, cuenta.

El cambio empieza por dentro y después rebota afuera: Patricia, además, consiguió trabajo. Miguel Vigliotta, jubilado, resume: “Se trata de tomar la vida con un poco más de humor y darse cuenta de que la felicidad puede ser algo muy simple”. Tan simple como un desayuno en la cama.

http://www.clarin.com/sociedad/cambiar-actitud-negativa-trabajar-potencialidades_0_1064893601.html

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