lunes, 16 de enero de 2012

EL CUIDADO DE LOS TALLERES

Si bien seguramente hayan sido escritas editoriales y otros textos acerca de cómo se cuidan los talleres de nuestro programa, y figure también en la primera parte de nuestro boletín y la página web una exhaustiva descripción de nuestra ética y manera de cuidar los grupos en los que participamos, nunca está demás volver sobre el tema.

Como se sabe, el programa es, entre otras cosas, una red de talleres de ayuda mutua coordinados por vecinos organizados. Esa organización pivotea en el hospital y hace a la capacidad de toda población de promover su salud, en el amplio sentido de la palabra, de las maneras que crea más convenientes. En este caso, se trata de actividades vecinales con una organización y, sobre todo, una ética (valoración de las cosas) que permitió que a lo largo de más de 25 años hayan existido y continúen existiendo, innumerables grupos de ayuda mutua, con resultados lo suficientemente entusiasmantes como para que la cosa siga, de buena manera, hasta el día de hoy y, deseamos, por mucho tiempo más todavía.

La clave de todo, al menos en lo que a “mecánica” se refiere,  son los talleres en los cuales, los coordinadores de los grupos llamados “de base”, se reúnen cada semana. Son los llamados “talleres de coordinadores”, los que a su vez son coordinados por los miembros del Comité de Conducción (también llamado “Comité de Ética”).

En dichos talleres de coordinadores, a lo largo de los años, y gracias al descubrimiento de Carlos Campelo, el fundador del PSMB, se percibe con sorprendente transparencia la calidad personal de quienes coordinan nuestros grupos “de base”. Campelo descubrió que no hace falta poner cámaras ocultas en los grupos, enviar espías a los mismos, o hacer complejos tests de admisión a los coordinadores potenciales antes de  permitirles contar con un grupo. Él percibió que si alguien no cumple con venir a su grupo de coordinadores, no es buen compañero, no se integra, miente de manera perpetua, malversa confianzas, se ausenta sin aviso, no le importa lo que genera emocionalmente a sus compañeros, etc., difícilmente sea un coordinador que sea útil para  nuestro programa, por más que, en ocasiones, el taller específico por él coordinado sea agradable para quienes a él se dirigen.

A la corta o a la larga, se demuestra que, en la interacción de los grupos de coordinadores, se hace visible la calidad de vecino de cada uno de los participantes. Se sabe: sin ser “buen vecino” no se puede ser parte de la faz de coordinación de nuestro programa. Los demasiado egoístas, los camorreros, los ladrones, los malos, todos quedan desnudos en su intención al participar en algún taller de coordinadores. Tarde o temprano “muestran la hilacha” y es ese un filtro, entre otros, que tenemos para conocernos entre todos y, desde allí, saber cómo están nuestros talleres, sin tener que poner micrófonos ni nada del estilo.

A la vez, un elemento clave que también tiene nuestro programa a la hora del “control de calidad” de los talleres es el sentido común que, sabemos, es patrimonio de la población en general y de los participantes potentes de nuestros talleres en particular (recordemos que para nosotros, todos los habitantes de nuestro país, argentinos o no,  son “personas potentes”). Consideramos que la gente que se nos acerca no es tonta, o, si lo es, igual  sabe por dónde rumbear de acuerdo a su deseo e irá afinando la puntería de acuerdo a cómo vaya ponderando cada taller en el que participe.

En tal sentido, los vecinos saben cuidarse y, en ocasiones, nos ayudan señalando macanas que pueden ocurrir dentro de los talleres porque, por si no lo saben lo digo, acá todo es público y, por tal razón, en el corto o largo plazo, todo se termina sabiendo, tal como ocurre con los chismes de pueblo, con todo lo bueno y lo malo que eso implica (a mi gusto, más bueno que malo).

El “ad gaudium” (“por el gozo”) al que están obligados nuestros coordinadores es otro elemento a tener en cuenta a la hora de evaluar la calidad de un taller. Si no goza el coordinador su tarea, no debiera realizarla, siendo que incluimos en ese “gozo” a los dolores de crecimiento y a las fricciones que nos potencian como personas y como comunidad. Al decir “por el gozo”  no sólo nos referimos al placer sino más bien al entusiasmo.

 A quienes nunca participaron de una reunión de coordinadores de nuestro programa les digo: no imaginan cuánto se nota cuando un coordinador deja de estar entuasiasmado y gozoso en relación a su participación en los talleres o en el programa todo. Tenemos nuestra manera de percibir con rapidez el grado de ganas que tienen los coordinadores y, digámoslo, cuando hay ganas (amor por lo que se hace), se tiende a hacer las cosas bien, honestamente y de manera límpida y mayormente eficaz.

Son sólo algunos elementos que hacen a nuestro “control de calidad” en lo que a talleres se refiere. Nunca está demás recordarlo. La interacción humana nos va mostrando y demostrando cómo somos, qué queremos, qué amamos y qué no. Y el programa está hecho de interacciones, de vínculos, de relatos compartidos con los que creamos en conjunto una realidad a ser vivida y disfrutada.

Por eso los talleres, a la larga, son siempre buenos, más allá de las metidas de pata, las mezquindades, las zonceras y otros pecados humanos de los que participamos, a veces, con  entusiasmo, mal que nos pese. Es que a la luz de la comunidad, de la interacción pública, todo se ve, y lo iluminado por la mirada comunitaria tiende a encontrar su mejor forma. De eso podemos dar fe absoluta acá, en el Pirovano.





                                                                                             MIGUEL ESPECHE

                                                                                            Coordinador General

martes, 13 de diciembre de 2011

LOS CONFLICTOS EN LOS TALLERES

Cada tanto en nuestros talleres se arma jaleo. Le pasa a todo el mundo y nuestros grupos no son la excepción. Disensos, algún desubicado o desubicada que ejerce violencia, celos, competencia, rencores que se acumulan, maneras feas de plantear desacuerdos o lo que sea, son algunas de las formas que toma ese movimiento sísmico en un grupo que, como humano que es, no está excento de este tipo de circunstancias.

En el programa consideramos que está bueno que eso pase. No tememos el “despelote” ni remotamente. No le tenemos miedo porque tenemos mucha confianza en nuestra capacidad de digerir esos “despioles” y transformarlos en material fértil para nuestro crecimiento personal y comunitario.

Tenemos un dicho bien añejo de nuestro programa que es “juntos aunque no estemos de acuerdo”.

Es una frase que nos ha permitido no sólo atravesar “despioles” varios, sino salir enteros, contentos y enriquecidos de esos conflictos tan humanos y, a veces, tan difíciles.

El deseo de estar juntos hace la diferencia a la hora de los conflictos. El acuerdo en lo que hace a ideas, enfoques, perspectivas, etc., es secundario en relación al deseo de permanecer unidos como vecinos. Ese deseo de estar juntos, que es una entidad en sí mismo, inevitablemente nos lleva a aceptar que lo que el otro dice o hace tiene algo que ver con nosotros. No nos es ajeno eso que el otro dice o actúa porque, convengamos, por algo (y sobre todo, para algo) será que estamos con ese otro allí, en ese grupo.

Ese “por y para algo” tiene que ver con conocernos más, ampliar la conciencia y salir de nuestra soledad llena de razones implacables que, sin embargo,  nos llevan al infierno.

También se relaciona con  redescubrirnos como vecinos de alguien, prójimos, saliendo del exilio en el que tantas veces sentimos estar cuando creemos estar solos con nuestros temas más íntimos, como si a nadie más le pasara.

En clave solidaria (sin eso, no), los otros que nos acompañan en las experiencias grupales nos devolverán, directa o indirectamente y a modo de espejo, aspectos nuestros que antes ignorábamos y  que podremos usar para conocer más lo que somos.

Es más fácil la resolución de conflictos cuando uno está con más ganas de aprender que de ganar una competencia. Es más fácil dar cauce a un desacuerdo cuando lo que el otro muestra es tenido en cuenta y genera, aunque sea, curiosidad y nos “dejamos habitar” por lo que expresa, al menos, por un rato.

El conflicto muchas veces surge de creer que una mirada  sobre algún tema determinado entra en combate con otra puesta sobre la mesa por algún compañero. En realidad, muchas veces lo que pasa es que la Verdad es algo tan pero tan grande que, como humanos que somos, sólo vemos una parte de ella, y los otros ven otra parte de esa misma verdad. Es cuestión de tiempo, paciencia y curiosidad el percatarse que muchas veces estamos entrando a la misma casa por diferentes puertas.

En ese sentido y en línea con lo antedicho, acá en el programa decimos que en los grupos apostamos por la “conciencia ampliada”, que es la noción de que el otro acrecienta  mi conciencia, no la combate ni la sustituye.

La idea de pic nic es muy útil para la utilización fecunda de los conflictos que surjan en los talleres. Cada uno pone lo que trajo  sobre la mesa y todos se sirven, o no, de acuerdo a su deseo. No hay por qué convencer, eliminar o ganarle al otro....hay lugar para todos lo que realmente deseen compartir y crecer en conciencia.

El límite de este juego solidario está en la buena vecindad, el optimismo respecto de lo útil que es estar juntos, en la buena fe, en la capacidad de autocrítica y la solidaridad a la hora del compartir. Los coordinadores van viendo, con mucha ayuda de todos, quienes están tejiendo pedazos del alma con los compañeros de ruta para hacer el gran telar comunitario. También los coordinadores protegen al grupo de  quienes están “viajando de colados”, viendo en los otros “cosas” manipulables, cesto de basura donde largar lo propio sin siquiera pretender reciclarlo en el compartir generoso.

A eso último que hacen los coordinadores lo llamamos “cuidar el programa”. No es que se expulse gente del mismo, sino que en todo caso, lo que se hace, cuando hay algunos que toman al otro como objeto y no como persona, es certificar que esa persona en cuestión nunca entró en lo que es el espíritu del programa. No se lo expulsa, es que nunca entró.

En estas líneas solamente compartimos algunos de los muchos apuntes posibles respecto a cómo se llevan adelante los conflictos en el programa. Creo que hemos logrado algo muy original en ese sentido: un respeto recíproco que forma parte de nuestra cultura pirovanense y que pocas organizaciones sociales han logrado, y eso merece orgullo de nuestra parte.

Todo sirve para crecer, de allí que “todo está bien si estamos dispuestos a revisarlo” junto a nuestros compañeros.

El espíritu del programa es generoso, tanto como la generosidad del barrio. En la medida que sigamos perseverando por este lado, todo seguirá fluyendo de manera saludable, reciclando los conflictos y entreveros, convirtiéndolos en terreno sobre el cual como comunidad vamos a seguir sembrando nuestros mejores sueños, para cosechar lo mejor que somos: gente que goza de la vida al ir dejando atrás la esclavitud del miedo que el aislamiento propicia.  


                                                                                          Miguel Espeche

                                                                                      Coordinador General

jueves, 1 de diciembre de 2011

POST-ENCUENTRO SÁBADO 3 DE DICIEMBRE 14-18hs

POST-ENCUENTRO

SÁBADO 3 DE DICIEMBRE 14-18hs
Centro LA PUERTA Sánchez de Bustamante 549. Abasto. Bs. As.

SE CONVOCA A TODAS LAS ORGANIZACIONES, INSTITUCIONES, SERVICIOS O PERSONALIDADES QUE SE PROPONEN INCORPORAR A LA COMISIÓN ORGANIZADORA DEL PRÓXIMO ENCUENTRO NACIONAL 2012.

Se presentará también el 1er Boletín impreso del encuentro. El mismo cuenta con el resumen de las presentaciones de 30 expositores del 1er Encuentro de prácticas comunitarias en Salud que se llevó a cabo el 23 y 24 de septiembre de 2011 en la Ciudad de Buenos Aires.

1.-
  • Presentación de las nuevas incorporaciones a la Comisión Organizadora a través de un breve relato de sus experiencias.
2.-
a) Charla de apertura del debate sobre SALUD COMUNITARIA a cargo de Alejandro Kohl.
    b) Debate y conclusiones.
      3.-
      • Propuestas y debate a fin de acordar un PLAN DE TRABAJO de la Comisión Organizadora de Buenos Aires para los próximos meses.
      4.-
      • Merienda comunitaria. Se solicita traer alimentos sólidos para compart

      martes, 8 de noviembre de 2011

      LAS RAZONES DE MARCELO

      Marcelo es el dueño del Guido Bar, uno de los bares que recibe la mayor cantidad de talleres de nuestro programa.

      Como se sabe, los bares son espacios comunitarios ofrecidos para que allí también se hagan nuestros talleres. Suele acordarse explícitamente con los dueños de esos bares que los concurrentes a los talleres no tendrán obligación de consumir, si bien en general lo hacen. Ese “por lo general” indica que, aun sin que sea obligatorio tomarse un café, un té o comerse un “sanguche”, a los bares les cierra económicamente el contar con talleres de nuestra red, además, claro está, de que a veces les gusta, por razones no solo monetarias, tener talleres y ayudar al despliegue de la salud comunitaria.

      Decía que Marcelo es dueño del Guido Bar y desde su caja monitorea su negocio durante muchas horas por día, acompañado por Lili, su mujer y los mozos y mozas que amablemente atienden a los “parroquianos”, es decir, a nosotros y a todos los que vienen a disfrutar del lugar.

      Como suele suceder, en los primeros tiempos tardamos en sintonizar con la “administración Marcelo” ya que no siempre es fácil entender lo que pasa en un bar lleno de gente algo extraña, que se reúne, baila, habla de temas comprometidos y realiza ceremonias de conversación que no son las que habitualmente se ven en lugares ligados al gremio gastronómico.

      Vehemente, calentón, pero honesto y muy pero muy franco, Marcelo  creció junto a nosotros en estos años, nos fue agarrando la mano (y nosotros a él) y es testigo de nuestras movidas, nuestros entuertos, nuestra nobleza y...de nuestras miserias.

      Muchas veces se “comió el garrón” de los maleducados que nunca faltan, otras vio cómo algún café era pedido, tomado y, luego,  nadie se hacía cargo del mismo. También hizo y sigue haciendo de orientador para quienes  vienen a averiguar sobre los talleres, con notable intuición a la hora de señalar destinos posibles...

      En fin. Marcelo no es el único dueño de bar o mozo de algún establecimiento que ve enriquecer su Currículum al sumarle el cargo de “conocedor del Programa de Salud Mental Barrial”. Él es, en este relato, el ejemplo de muchos que nos hospedan en sus lugares de trabajo.

      Una cosa que hace Marcelo es tomar contacto con los vecinos, tanto personal como comercialmente. Él sabe qué toma y come la gente, si la medialuna que habitualmente pide fulano o mengano es de grasa o manteca y, también, si ese vecino que llega a su bar, usa sus sillas, escapa del frio con su calefacción y se protege de la lluvia con su techo, pide o no un cafecito a la hora de venir al taller.

      A veces sin demasiado entusiasmo, Marcelo acepta que no es obligación que los vecinos asistentes a los talleres tomen o coman algo. Sabe que no es permitido asociar permanencia en un taller a algún tipo de pago, por lo que si, como sería obviamente su derecho, decidiera que es obligación consumir para poder estar en el establecimiento, los talleres no podrían como tales convocar las reuniones en ese lugar. Igual, y más allá de lo antedicho, él mira el listado de pedidos y, cada tanto señala que dicho listado viene vacío, nadie pide café, té o torta de ricota...

      Es allí donde el programa aparece para hacer su autocrítica, mientras otros prefieren escudarse en el hecho de que “no es obligación consumir” aunque, convengamos, tampoco es obligación no hacerlo....

      Cuando algo así pasa, los coordinadores de los talleres abren al grupo la situación, señalando que todos están en un lugar cómodo, un lugar que nos hospeda. Habitualmente en esos casos, surge a modo de tema la toma de contacto con lo que recibimos y lo que ofrecemos, así como aquello que damos por descontado pero que, en realidad, es fruto del esfuerzo de alguien, un esfuerzo que a veces creemos que es nuestro divino derecho usufructuar.

      La experiencia indica que luego de algún señalamiento de Marcelo y luego de trasmitido dicho señalamiento al taller, en el grupo del caso pasan cosas interesantes en términos de conciencia. Por ejemplo, se  toma conciencia que algunos gustan de ser cobijados sin dar nada a cambio, o que otros se ven o se muestran  como pobres (económicamente, anímica mente) sin serlo ni remotamente. También se percibe cuándo ese tipo de actitud para con el bar se replica en otros órdenes de la vida, inclusive, en el propio grupo. Algunos, como dije antes, se refugian en el derecho a no tomar nada, sin entender que ese derecho es el inicio de la historia, no su final. A partir de ejercer ese derecho, se verá con qué espíritu lo ejerce, para qué lo ejerce, y qué de él  o de ella se transparenta al ejercerse ese derecho a no tomar un café, siendo que no es obligación del bar aceptar a quien no consume (si es obligación del taller aceptar a quien no consume, lo que no inhibe la posibilidad de que se transparente la actitud de ese “no consumidor”  para con el prójimo).

      El efecto de esto que se abre cuando Marcelo señala (a veces de manera amable y sonriente, otras  con una amabilidad un poco más áspera) los listados vacíos, es que esos listados  se llenan. En general,  en esos casos los vecinos toman conciencia de su deseo de permitir el circular de la energía, dejando de lado el afán de “llenarse” de lo que se recibe (techo, calefacción luz, baño), sin ofrecer nada desde sí mismos a dicha circulación de la energía comunitaria. Ese “algo” es económico si hablamos de café o una empanada,  pero es más que eso, mucho más. Es un acto que contribuye a que eso recibido siga existiendo. Ese acto no es obligado, es deseado, sobre todo, cuando se toma conciencia de su significado no materialista.

      Por eso Marcelo es un buen compañero de ruta. Él, queriéndolo o no, nos ayuda a conocernos, nos muestra parte del mapa de nuestra forma de ser, y, al cuidar lo suyo, a la vez nos cuida de nuestras mezquindades, ofreciéndonos la oportunidad de entender  cómo son las cosas de la vida cuando elegimos ofrecerles algo nuestro a cambio...o no.


      Miguel Espeche
      Coordinador General PSMB

      jueves, 22 de septiembre de 2011

      Invitaciòn viernes 23 y sàbado 24 de setiembre

      Claudia Florido te invita a participar y acompañar la presentación institucional del Programa de Salud Mental Barrial (PSMB) en el:

      “1er. Encuentro Nacional de Prácticas Comunitarias en Salud Mental” a realizarse en:
      Universidad de los Trabajadores – IMPA – Fábrica Recuperada
      Rawson 106, CABA, Argentina (cerquita de Medrano y Corrientes)

      Viernes 23 de setiembre
      13:00 hs Taller vivencial: “Juntos aunque no estemos de acuerdo” Paula Villarrubia-Claudia Florido, Aula Nº 2.
      14.00 hs Relato de experiencias: “Historia del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano”, Aula Nº 4, Claudia Florido, Paula Villarrubia y Daniel Trípoli.

      Sabado 24 de setiembre
      17.00 hs Taller vivencial: “La enfermedad no impide la salud”, Graciela Mengarelli, Aula Nº 4.

      A los que quieran asistir a las jornadas se les recuerda que requiere de inscripción previa: http://www.saludcomunitaria11.com.ar/

      Los esperamos

      martes, 6 de septiembre de 2011

      PACIENTES

      Hace unos minutos mantuve contacto con una periodista que me preguntaba acerca del rol estigmatizador de los diagnósticos psicopatológicos. A la vez, me pedía que procurara testimonios de asistentes a nuestro programa que hubieran recibido alguna vez un diagnóstico de esa naturaleza y ahora hubieran “salido” de la situación psiquiátrica, trascendiendo la misma a partir del hecho de no quedarse “pegados” a una palabra que los definiera de por vida como inhábiles.
      Ante el pedido de la amable periodista, me sentí un tanto desconcertado. Es que, me dí cuenta, no se si los asistentes a los grupos tienen o no diagnóstico en su “foja de servicios de vida”, casi por la misma razón por la que desconozco muchas veces a qué equipo de fútbol apoyan como simpatizantes. Ocurre que, en general, no viene al caso, y por eso el vínculo con los integrantes de los grupos tiene un enfoque centrado en lo que se comparte, lo que se hace, lo que se siente, y no tanto en lo que se trae como historia clínica.
      No es que en el Programa estemos en contra de los diagnósticos, sólo que no los usamos porque no sabemos qué hacer con ellos. Por eso, ni preguntamos sobre la cuestión y, en general la gente prefiere decirnos su nombre antes que el diagnóstico que hayan recibido alguna vez por parte de algún profesional de la salud mental. Bueno...me corrijo, a veces sí, hay quienes prefieren decir que son depresivos, bipolares, esquizofrénicos y ese tipo de cosas, antes que darnos su nombre, pero acá, en el barrio pirovanense, preferimos nombres, porque de eso entendemos, aunque no tanto de nomencladores que sirven generalmente más a los profesionales que a los vecinos.
      Es por eso que poco estoy pudiendo ayudar a la periodista a la hora de recurrir a vecinos que hayan recibido diagnósticos y ahora ejerzan su salud en el Pirovano o en donde sea. Eso se debe a que no conozco ese aspecto de su historia y porque, a mi entender,  llamar a un vecino para que diga que, aunque en otros espacios sea catalogado de loco, neurótico, bipolar etc.  en realidad es una persona y, como tal, tiene una dignidad y una vida, paradojalmente lo pone en un lugar en el que aparece como un “enfermo redimido” más que como “sano gozador de la vida”, tal como es el título que preferimos ofrecer a los que vienen a nuestros talleres.
      Es verdad que conozco en nuestra historia muchos casos de personas que al ser tratadas como vecinos potentes y no como pacientes impotentes, o como personas que tienen deseos y asumen responsabilidades y no como víctimas de su vida, víctimas de su inconciente o víctimas de lo que sea, han podido y, sobre todo, querido, hacer cosas muy lindas, de esas que se suele creer que los “enfermos mentales” no hacen. Pero el conocimiento de esa situación es lateral ya que, en realidad, lo sustancial es que esos compañeros y compañeras hicieron lo que querían hacer (por ejemplo, talleres, eventos, generar vivencias compartidas, etc.). El hecho es importante y para ello ayudó mucho el acompañamiento de un programa que promueve su salud y poco sabe de su enfermedad, pero más importante es que “la enfermedad no impide la salud”, como bien se dice desde hace décadas en nuestro programa y que la salud de esos vecinos implicó que hicieran las cosas que querían hacer junto a gente que los trató como se trata a la gente sana, no a la gente impotente.
      Creo que la periodista me va a entender. Se dará cuenta de que prescindir de diagnósticos médicos es eso: prescindir de ellos. Seguramente hable con ella y le comente las cosas lindas que pasan cuando nos manejamos desde la salud, lo que, insisto, no es ir en contra de los sistemas profesionales que usa la Salud institucional para cumplir con lo suyo, sino que es un ir a favor de la libertad de las personas para poner en juego su deseo, potenciando el mismo a través del contacto solidario con los otros.
      Esos “otros”, o, al menos, algunos de ellos, se encuentran en los grupos del Pirovano, unidos en la voluntad de potenciar ganas y acompañamiento.
      Será por eso que cada día son más los profesionales de la salud mental que sugieren a sus pacientes a que vengan a los grupos del Pirovano, sabiendo que la red social/vecinal es esencial a la hora de humanizar a quien sino quedaría preso de sí mismo. Saben esos profesionales que acá esos pacientes dejan de serlo, por suerte, y pasan a ser agentes y promotores de su propia salud y de la de los otros con los que se vinculan.
      El título de vecino es más pleno que el diagnóstico, sin dudas, y abre juego a  un juego mucho más entretenido que en nuestro Programa estamos con ganas de seguir jugando junto a todos los que se quieran arrimar al fogón. 

      MIGUEL ESPECHE
      Coordinador General

      jueves, 18 de agosto de 2011

      INVITACION A NUEVO TALLER

      “1er Encuentro Nacional de Prácticas Comunitarias en Salud”
      Taller Comisión Miércoles de 14 a 15 horas Bar Guido
      Animadora: Claudia Marcela Florido

      El taller convoca a Animadores del Programa de Salud Mental Barrial a presentar propuestas de participación institucional al “1er Encuentro Nacional de Prácticas Comunitarias en Salud”.
      Si se te dificulta  concurrir al taller el día miércoles podés ser representado por un compañero o participar desde el blog. ¿Cómo? Ingresando al espacio que verás debajo de esta misma entrada.  Cliqueando en “Publicar un comentario en la entrada” y siguiendo las peticiones de google, podrás intervenir dejando tu propuesta y tu nombre completo aquí mismo. Las propuestas trabajadas y elegidas en tu grupo de Coordinadores.

      La entrega de trabajos es hasta el 28 de Agosto.

      Para ver de qué se trata el evento al que deseamos integrarnos recomendamos visitar la siguiente página web:   www.saludcomunitaria11.com.ar
      La idea que se propone desde el taller es relatar la historia del Programa y realizar talleres vivenciales y/o temáticos. Por ejemplo temáticas como “La enfermedad no impide la salud” “Juntos aunque no estemos de acuerdo”, etc

       El 1er Encuentro Nacional de Practicas Comunitarias en Salud  se realizará el 24 -25 de Setiembre

      Claudia Marcela Florido

      Del taller "Escribo lo que quiero" .....

      TAN DESESPERADO....

      TAN DESESPERADO FUE EL GRITO,O AL MENOS ASILE PARECIO A EL,QUE PERMANECIO TOTALMENTE QUIETO TRATANDO DE ENTENDER QUEPASABA........EN LA OSCURIDAD TOTAL EN QUE VIVIA ,SU OIDO SE HABIA IDO AGUDIZANDOCON EL CORRER DEL TIEMPO Y EN EL SILENCIO, LOGRABA YA ESCUCHAR HASTA LOS RUIDOSMAS ATENUADOS.PERO ,AHORA  ALGO ESTABA PASANDO ,ALGO QUE NO LOGRABADESCIFRAR;ESCUCHABA VOCES QUE  ERAN DESCONOCIDAS  Y QUE LE PARECIANNERVIOSAS Y APURADAS....Y  ESE GRITO SI
      QUE  LO  HABIA INQUIETADO.
      TRATABA DE ENTENDER LO QUE HABLABAN PERO LAS VOCES SE SUPERPONIAN Y LERESULTABA MUY DIFICIL DISTINGUIR LAS PALABRAS. LA TRANQUILIDAD DE SUMUNDO ESTABA DESAPARECIENDO ....TODO HABIA COMENZADO CON ALGUNAS SENSACIONESNUEVAS:PEQUEÑOS MOVIMIENTOS EXTRAÑOS  A SU ALREDEDOR,ALGUNAS SACUDIDAS YUNA INESTABILIDAD QUE LO DESORIENTABA.PERO HASTA AHI , NO SE HABIA ASUSTADOPORQUE ERAN COSAS FUGACES Y ENSEGUIDA TODO VOLVIA A LA NORMALIDAD...AHORA ERADIFERENTE ,YA SE ESTABA SINTIENDO AMENAZADO ,Y NO SABIA BIEN COMODEFENDERSE...DE PRONTO  OTRO GRITO LASTIMO SUS OIDOS Y VOCES FUERTES YENERGICAS ,BIEN AUTORITARIAS SE ESCUCHARON CON PALABRAS DESCONOCIDAS PARA EL....¿QUEERA TODO ESTO?...CADA VEZ ESTABA MAS MAREADO ...Y DE PRONTO SINTIO UN EMPUJONQUE NO SUPO NI DE DONDE VENIA Y QUE LE DOLIO ,QUISO RESISTIRLO PERO NO PUDO .YLUEGO SIGUIO OTRO EMPUJON ,Y OTRO,ESTABA INDEFENSO Y LE FALTABA ELAIRE.MIENTRAS SU CUERPO COMENZABA A SER ARRASTRADO,SUS SIENES EMPEZARON A LATIRFUERTEMENTE;LE DOLIA TODO Y SINTIO QUE YA NO LE IMPORTABA NADA,SOLO QUERIA QUETODO TERMINARA DE UNA VEZ....
      PARA CUANDO SINTIO QUE LO COLGABAN DE LOS PIES,CABEZA ABAJO,YA SE ESTABAHOGANDO.Y MIENTRAS TANTO LOS DEMAS CONTEMPLANDO  SU CUERPOENSANGRENTADO  REIAN , CON LA COMPLICIDAD DE LA EXPERIENCIA QUE ACABABAN DECOMPARTIR...
       ¡¡Y ENTONCES,SUPO:SUPO QUE QUERIA VIVIR¡¡Y EN UNA REACCION DESESPERADAASPIRO..ASPIRO CON TODAS SUS FUERZAS HASTA SENTIR QUE EL AIRE PENETRABA EN SUSPULMONES.Y TODO EL DOLOR Y LA IMPOTENCIA CONTENIDAS, BROTARON DE SU GARGANTA ENUN LLANTO AGUDO Y FUERTE QUE SE  SUPERPUSO CON LA VOZ DESCONOCIDA CUANDODIJO ALEGREMENTE:¡¡ES UN VARON¡¡
      MIRYAM FONTENLA
      *Tallerista de "Escribo lo que quiero" miércoles 15.30hs. Coordina Mariana Chalcoff

      lunes, 18 de julio de 2011

      RECOMENDACIONES DE PELICULAS: POR RAUL PETRECCA

      CALIFICACIONES: 5 Raúles (Excelente) 4 Raúles (Muy Buena) 3 Raúles (Buena)
       

      UN CUENTO CHINO: Con Ricardo Darín - Dirección: Sebastián Borenztein

      Roberto, ex combatiente de Malvinas, dueño de una ferretería y de una personalidad conflictuada, tiene un casual encuentro con un joven chino que le cambiará la vida.-

      Una buena oportunidad para ver que las diferencias idiomáticas, no son una barrera para vincularse con el otro.-

      Calificación: 3 Raúles



      UN FERIADO PARTICULAR: ITALIA - Actuada y Dirigida por Gianni Di Gregorio

      Un Hombre que vive y cuida a su madre, que tiene importante deudas de expensas, acepta una propuesta del Administrador del Edificio para que cuida a su madre y a su tía, para el fin de semana largo de Ferragosto, donde también se agrega la madre de su médico. Una película imperdible, emotiva y que nos enseña de que no importa la edad, para disfrutar de buenos momentos.-

      Calificación: 4 Raúles



      REVOLUCIÓN: El cruce de Los Andes: Con Rodrigo de La Serna: Esta película que inicialmente se hizo con la idea de pasarla por tv, al verla terminada lo productores quedaron impactados y decidieron estrenar en pantalla grande. Una película muy digna, con la imagen descontracturada del Gral. San Martín y la belleza de los Andes San Juanino, que fue el lugar donde se filmó. Muy buena actuación de R.de la Serna y una muy lograda ambientación de época.-

      Calificación: 3 Raúles.





      EL CISNE NEGRO: Para ver en D.V.D. Con Natalie Portman Es la Historia de una Bailarina, consumida emocionalmente, por las exigencias de hacer 2 roles y ser primera bailarina de EL LAGO  DE LOS CISNES, la famosa opera de TCHAICOSKI. Una dura y muy buena película, que muestra la impresionante transformación de la bailarina para dar con el personaje del Cisne Negro.-

      Calificación: 4 Raúles.-

      TALLER EL NIDO VACIO

      Queremos dedicarle al Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano, un escrito, intentando dar cuenta de lo vivido más que de lo aprendido.

      El taller nació de los acontecimientos de nuestros propios nidos y una vez que fue autorizado, dos mesas y ocho sillas quedaron a la espera de los talleristas. Así se fueron ocupando y comenzaron las conversaciones que giraron sobre el tema.

      Si la vivencia es lo vivido, la experiencia aporta  lo que hacemos con lo vivido. De este modo pensamos en el vacío, no como cero, no como falta, sino como posibilidad de entrar en contacto con este momento de la vida, con el paso del tiempo, los cambios del cuerpo, la sexualidad, la soledad, las asignaturas pendientes. De mirarnos y escucharnos en la intimidad de nuestra pareja.

      En cuanto a nuestros compañeros del taller, cada encuentro toma la forma de una celebración, porque celebramos cada una de las historias que nos traen.

      Jorge, apreciado por su síntesis varonil, relata la separación con su mujer y también con sus hijas, él se quedó solo en la casa, cuyas paredes vieron y escucharon el inicio y el distanciamiento de la Familia.

      Clyde, con su sabiduría, con sus ganas, con la juventud de su alma, se trae con generosidad y compromiso.

      Haydee, con su capacidad de escuchar y reflexionar, nos trae también su manera de ser madre y abuela.

      Olga, Silvia y Mirta, compañeras potentes,  promueven con aires renovados el taller,  cuando compartimos su presencia.

      Otros, como Norma, Rina, Oscar y algunos más, pasajeros inconstantes en el trabajo de conocerse a sí mismo, nos dejan un sentimiento de respeto por los tiempos singulares.

      Y así,  se van sucediendo diferentes relatos de nidos que dan cuenta de lo vivido por otros y que escuchados por el grupo, dejan a su paso estelas de sentimientos y pensamientos.

      De este modo, en una síntesis de lo compartido, privilegiamos que el nido vacío se trata de LA PAREJA y SU SEXUALIDAD,  más que de los hijos que ya crecieron y emprendieron la búsqueda de su propio camino.

      Coordinadora: Cora Wainstein
      Ayudante : Monica  Peró