A Marta Carvajal, la inclaudicable y a todos mis compañeros
de taller.
Quizás
Eduardo Sacheri vino a los Talleres del Pirovano, porque leí una reflexión de
un personaje que profundiza bella y sencillamente en lo de “la enfermedad no
impide la salud”. Me refiero a su novela Papeles en el viento que, casualmente
ahora, se estrenó como película.
Por
otra parte, en casa de amigos, estuve viendo las series que se ven por cable,
donde el dinero y el negocio se privilegian sobre la vida, el trabajo honrado,
el amor y la alegría. Y recordé nuestros “ad gaudium” y “se trabaja con lo que
hay”: una ternura tibia me envolvió.
Ambas
me llevaron a volver a sentir que el Programa de Salud Mental Barrial es un
tesoro aún por descubrir, por desarrollar y por dar a conocer. Para esto, una
herramienta fundamental es el Boletín, que da a conocer y permanece en el
tiempo, más que cualquier soporte digital, porque es papel.
Lo
digital se supera año a año: cassettes y zips ya fueron. Su fugacidad se
desmorona ante la permanencia del soporte papel, atravesando los siglos,
registrando el quehacer humano. Esa es la gran diferencia entre lo digital y el
papel, por eso, el Boletín, además de su valor real de soporte, tiene un valor
simbólico: nuestro deseo, como red, de permanecer, de perseverar en el ser, de
privilegiar la salud de lo tangible y lo intangible de los seres humanos sobre
la enfermedad y el negocio, atravesando el dolor y la muerte con el coraje y la
esperanza del estar juntos, para compartir las luces y las sombras, la angustia
y la felicidad.
Coordinadora Elvi Palacios
Taller de coordinadores de Virginia Pugnalli
Nota: El texto imperdible de Sacheri está en la pág
ina 259,
de Alfaguara, 1ª edición 4ª reimpresión, 2012.
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